Ana y Ángel se conocen desde pequeños, los dos estaban
destinados a estar juntos, pero no fue hasta hace un año y medio cuando
comenzaron su relación sentimental.
Los dos son personas muy especiales: son personas con discapacidad.
A través de ellos, y de su historia, conoceremos un poco más
sobre su pequeño gran mundo.
Es un placer poder realizar este cortometraje. Conozco a los
dos protagonistas desde hace casi dos años y los considero parte de mi familia.
Son grandes personas, muy especiales y se merecen lo mejor en sus vidas.
Ambos han sufrido mucho hasta llegar dónde están ahora: sus
enfermedades han hecho que no se les tratase, en algunas ocasiones, como
iguales. ¿Por qué sean discapacitados los hace diferentes? Sí y no, es decir:
como dije antes, son muy especiales, pero no por ello les hace diferente al
resto de personas: ambos han estudiado, trabajan, y se han enamorado. Se
conocen desde bien pequeños, pero el destino les quiso juntar hace casi dos
años para que comenzasen una preciosa historia de amor. Historia que se relata
en este cortometraje, pero no solo de amor vive el hombre, también se retrata
el sufrimiento de sus familias, la felicidad por ver sus avances. Y es que sus
padres ha luchado por sacar lo mejor de ellos como personas, que no se sientan
diferentes al resto y, sobre todo, que aprendan a respetar.
A través de entrevistas al entorno de Ana y Ángel,
conoceremos sus historias: historias paralelas en el tiempo y que, finalmente,
lograron juntarse para ser lo que son hoy. Los protagonistas de este
cortometraje también nos contarán los inicios de su relación, el trabajo, los
estudios, el ocio y el sexo. Mundos que para nosotros quizás no son complejos
pero para ellos sí, por eso descubriremos su pequeño gran mundo.
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